Hagamos ciencia con conciencia para conservar nuestro planeta
Natalia Escobedo Kenefic
Desde temprana edad sentía una profunda fascinación por la naturaleza, pero también la consternación al presenciar cómo el ser humano contribuye a su destrucción. Creía firmemente que debía haber una mejor manera de abordar nuestras acciones sin dañar nuestro planeta, es así como la curiosidad me ha llevado a conquistar varios espacios en el campo de la ciencia.
Anhelaba ser ecóloga para contribuir a la conservación, pero también sostenía la idea de que debíamos encontrar formas sustentables de practicar la agricultura y que también fuera aprovechable por el ser humano. Aunque términos como agroecología o manejo sustentable eran desconocidos para mí en ese momento, la semilla de esas ideas ya estaba sembrada.
En 1989, a los 9 años, mi familia se exilió políticamente de Guatemala, y durante aproximadamente diez años permanecimos fuera. Al regresar a los 19 años, con solo un diploma de primaria en mano, vi la oportunidad de seguir mi sueño de estudiar y dedicarme a la ciencia. Nivelé mis estudios y en 2002 ingresé a la carrera de Biología en la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC).
Mi trayectoria académica incluye trabajar como auxiliar de cátedra y de investigación en proyectos sobre diversidad de abejas nativas de Guatemala en la Escuela de Biología de la USAC. En 2010, fui miembro fundadora de la Unidad de Investigación para el Conocimiento, Uso y Valoración de la Biodiversidad del Centro de Estudios Conservacionistas (CECON-USAC), coordinada por la Dra. Eunice Enríquez. En 2011 obtuve el grado de bióloga.
Desde 2012, me he centrado en estudiar la ecología de la planta-polinizador en el altiplano agrícola de Guatemala. Mi esfuerzo se ha enfocado en comprender el papel de los ecosistemas naturales en el mantenimiento de poblaciones funcionales de polinizadores, beneficiando tanto a la producción agrícola como a la renovación de los ecosistemas. Este trabajo ha resultado en varias publicaciones científicas únicas en su tipo para Guatemala y Centroamérica.
Además, he investigado los posibles efectos del cambio climático sobre las abejas nativas y evaluado las especies amenazadas que deben considerarse en los esfuerzos de conservación.
Desde el 2016 imparto cursos de biología y ecología en la Universidad Mariano Gálvez de Guatemala, trabajo como coordinadora de la Unidad de Biodiversidad de la USAC. En 2022, obtuve el grado de Doctora en Ciencias por la Universidad Autónoma de México (UNAM), y en el 2023 ingresé como académica de número en la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de Guatemala.
Mi trabajo en la ciencia ha exigido esfuerzo y sacrificio, pero las mayores satisfacciones provienen de ver crecer a jóvenes científicos y científicas.
“Ser científico es un privilegio por la importante tarea de crear y divulgar conocimiento. Solo podemos alcanzarlo con nuestro esfuerzo. ¡El mundo necesita más científicas! Las animo a hacer ciencia con conciencia, compromiso y responsabilidad para lograr grandes cosas en beneficio de la humanidad y nuestro planeta.”