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Abrazo lo desconocido, reto los límites y sigo las estrellas

Mariana Sofía Marroquín Guendsechadze

Mis padres sonríen al recordar cómo solía hacer preguntas constantes, siempre en busca de comprender el ¿por qué? de las cosas. Desde mi infancia fui curiosa e inquieta, siempre con el deseo de conocer más. 

Mi camino académico ha estado marcado por la curiosidad, la exigencia personal constante y una dedicación incansable, cualidades que me han valido reconocimientos significativos. Entre ellos destaca el galardón municipal: Más allá del deber, otorgado por figurar entre los diez mejores promedios de mi colegio y por alcanzar el tercer puesto en las Olimpiadas de Matemáticas de mi institución.  

Un día común de clases, una maestra me brindó la oportunidad de unirme al “Club de Exploración Espacial” debido a mi perfil científico. Aunque nunca me había planteado el espacio como mi campo de interés, mi curiosidad volvió a ganar, y decidí unirme. Descubrí un mundo fascinante, desde las hermosas constelaciones hasta los misteriosos agujeros negros, así como el funcionamiento de un cohete, los complejos cálculos y fórmulas necesarios para ponerlo en órbita. 

Durante una clase del club, el profesor mencionó una convocatoria de proyectos de la Asociación Guatemalteca de Ingeniería y Ciencias Espaciales (AGICE). Animada, asistí por mi cuenta y me uní a un equipo llamado SYLLEKTIS, que se dedicaba a la construcción de robots tipo WALL-E y Eva. 

Al principio, admito que me sentí intimidada por la magnitud del proyecto. Siendo la más joven del equipo y rodeada en su mayoría por universitarios con conocimientos técnicos. 
 

Definitivamente la ciencia tiene el poder de derribar barreras y unir a personas en torno a una pasión común. A medida que me sumergía en el proyecto, descubrí una red de apoyo increíble. Mis compañeros no solo compartían sus conocimientos, sino que también me alentaban a aportar mis propias ideas y perspectivas. La edad y la experiencia no importaban; éramos un equipo con el deseo de explorar lo desconocido. 

El giro cósmico de mi vida llegó con la oportunidad de asistir y exponer con SYLLEKTIS en el primer Congreso Espacial Centroamericano (CEC), desarrollado en Costa Rica. Fui coautora del abstract “Diseño y desarrollo de tecnología lunar especializada en recolección y construcción de manera autónoma”.  

Logré ser parte del Congreso gracias al apoyo del Instituto Guatemalteco Americano (IGA) y AGICE. El CEC 2023 resultó ser una experiencia increíble. Conocí a personas influyentes, forjé amistades, y por supuesto, adquirí un conocimiento invaluable. Esta vivencia me llevó a replantear mi visión profesional a futuro.  

Desde mi participación en el congreso espacial, he estado más activa en este ámbito científico, participando en diversos cursos y programas.  

Espero que mi historia inspire  a otras mujeres a abrazar lo desconocido, desafiar sus límites y seguir sus estrellas, sin importar qué tan lejanas puedan parecer.